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Me gustas. Directo. Sin anestesia. La primera en la frente como se suele decir. ¿Para qué me voy a andar por las ramas? Hay mil y un motivos para que así sea y yo ya me he hartado de intentar disimular, entre otras muchas cosas porque soy nefasta. No me va ir de farol. Es inútil razonar un por qué, pero me he propuesto exponer por pasos las causas de este síndrome que padezco, a fin de poder encontrarle un remedio. Allá voy.

Me gustas por tu risa, mejor dicho tus millones de risas. Muecas, carcajadas, risotadas, sonrisas. Cualquiera me vale. Son el más claro ejemplo de que el mundo gira y vibra. El tiempo es efímero y lo sé gracias a ti, porque cuento mentalmente los segundos mientas ríes alborotadamente con ansia de que no terminen, y nunca duran lo suficiente, siempre tengo ganas de más. Cada vez que ríes generas un virus con el que contagias a todo aquel que tienes cerca. No soy inmune. No genero anticuerpos que me protejan. Maldita felicidad.

Me gustas por lo que dices, por lo que hablas, por lo que callas. No conozco nadie tan inteligente. Rebosas elocuencia. Da igual el tema, tú siempre sabes, tú siempre apostillas, tu siempre terminas. Hasta tus silencios son brillantes, porque cuando suceden sé que lo mejor está aún por llegar. Cuando te haces de rogar, haciéndote esperar, como el que no quiere soltar prenda, mal gato se llevó tu lengua, ahí eres único ejemplar. Mueca socarrona asoma por tu boca. Preparados, listos, ¡YA! Empieza tu monólogo. Puedes cobrarme entrada si lo estimas oportuno. Yo sólo vengo a escuchar.

Me gustas por como miras. Cómo dilatas tus pupilas. Cómo entrecierras los párpados. Y enfocas. Y observas. Y vigilas. Ojalá pudiera ver sólo unos minutos a través de tus ojos. La vida debe tener un color especial atravesando tu filtro de iris verdoso. Porque en tu mirada todo destella. Espejo reflector de impactos gráficos. En tus ojos todo parece más bonito, porque no hay nada más bello que reflejarse en tus pupilas. Si se conociera ese lienzo, los artistas no volverían a usar caballete.

Me gustas porque atiendes. A todo. Bueno no, a todo no, exagero, a todo lo importante. Y para ti yo lo soy. Cada vez que me pongo a hablar que parece que me han dado cuerda, y ya no se si teorizo sobre qué fue antes si el huevo o la gallina o qué papel de Robert de Niro es mas memorable, voy y me lío. Ente gestos, argumentos, manotadas, cortocircuitos cerebrales, me desoriento y pierdo el tiempo y su noción. Y entonces allí estas tú. Cara sobre mano. Mirándome fijamente. Pienso que piensas ¿qué narices piensa esta loca?, pero ni por esas piensas apartar la mirada. Entonces te pregunto, segura de saber la respuesta, -“¿Qué he dicho?”. Sorpresa. Resumes magistralmente mis palabras, con mucha mas destreza que yo, dándole tu toque especial. “Ves como te escucho” rechistas. Luego un guiño. Disparo al aire. Yerro el tiro. Yo fallando. ¿Cómo no me vas a gustar?

Me gustas por tu entrega. Rápida, eficiente, 24 horas. Basta que abra la boca para que vuelques tus cinco sentidos en mí. Siempre manteniéndote en tu sitio, sin agobiar. Ya conoces mis urticarias ante el Ñoñismo Ilustrado. No hay otra persona en el mundo a la que recurriría ante cualquier problema. No importa dónde estés, ni la hora que sea. Estás dónde y cuándo te necesito. Eres como mi buscador web personal. Siempre encuentro en ti todo lo que preciso con total facilidad.

Me gustas por tus abrazos. Electricidad. Activas todos los puntos de mi cuerpo. Me transmites que tu mayor deseo sería abrazarme el alma, y por eso vas de menos a más. Me atrapas. Nunca quieres que me vaya. Y aún así me dejas ir. Porque no conoces más suerte qué que vuelva. Y siempre vuelvo a ti. Sin resistencia, porque no conozco un mejor adversario para perder una batalla, una guerra, una quimera.

Me gustas por tu pausa. Yo. Torbellino de adrenalina, rápidos balbuceos y mente inquieta carente de calma. Tú. Eres el complemento ideal. Suplemento vitamínico recetado. Un disco rayado. Un casete sin rebobinar. Ves el mundo en pause, y eres capaz de reconocerlo y sopesarlo. Logras controlar mi sed de darle al play y aumentar la velocidad. Por tí aprecio lo que viene y va, lo que te hace mirar atrás. Eres capaz de capturar un momento y revelarlo en mi retina. Maldita droga fina. Yo ya no puedo parar.

Me gustas por tu locura. Eres sin parecer el loco mas cuerdo de la historia. Atolondras todo lo que tocas tímidamente. Un Rey Midas diferente. A tu lado todo plan descabellado parece que tiene sentido. En un momento de aburrimiento tu propondrías tejer alfombras voladoras con dientes de león y como hilo un edredón. No cesarías. Ahínco. Tesón. En tu cabeza todo tiene sentido, y si en la de los demás no, tu buscas el camino.

Me gustas porque me gustas. Odio justificarme y más aún en algo tan jodidamente simple. A cualquier cuerdo lo tomarían por loco si no fuera fan tuyo. Deberías estar donde las estrellas para que todo el mundo te pudiera admirar. Y si no, como poco, en carteles de carretera, para poder sonreírte al pasar. Qué de accidentes habría por aminorar la velocidad. Qué de radares por cambiar. Pero todo tendría sentido porque así gustarías mucho más. Influencer. Bloggero. Trendy star. Por ti todo tiene sentido, aunque ahí yo no tuviera lugar.

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Holding hands Vía:http://bodasyweddings.com/18-frases-de-amor-para-tu-boda/

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